jueves, 12 de noviembre de 2009

¿UNA IMAGEN VALE MÁS?

Nunca supo de que color era su pelo. Pero ese olor no se podía olvidar.
Recordaba aquella tarde en la biblioteca, leyendo uno de los pocos libros en braile que había.
Entonces lo notó. Era un olor diferente, sutil pero enérgico, sensual, casi erótico.
- Así es como debe oler el don de la vista- pensó.
No pudo oír su voz. Maldita biblioteca.
Acabó su libro, sin saber que estaba leyendo.

Fue sentado en aquella terraza cuando lo volvió a sentir. Aquel aroma inconfundible.
Fue fugaz, tan solo pasaba por allí.
Preguntó si lo habían notado, pero nadie lo hizo.
Entonces él se compadeció de todos porque no supieron verlo.

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