Se podia ver claramente en el espejo de la cama,
el espejo donde, cada vez mas,
lo de un lado era igual a lo del otro.
Aun quedan muchas por descubrir, y tiempo para hacerlo.
Tiempo para roer. Para mover mi boca, olisqueando, hasta que me apetezca pararme a mordisquear.
En cualquier rincon, en cualquier rincon.
lunes, 29 de marzo de 2010
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Como un ratoncillo!
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